miércoles, 24 de noviembre de 2010

Experimentando un poco el dolor.



Nunca afortunadamente me he encontrado en una situación de guerra (espero jamás encontrarme en tal circunstancia), sin embargo  recientemente se ha presentado un hecho que podría hacerme entender un poco de vivir tal experiencia.

Frente a casa, hace 15 días se encuentran algunos elementos de la infantería de marina, pues tienen sitiado un domicilio muy cercano aquí, además  que mantiene un operativo constante en algunas otras ciudades cercanas.

Entre salidas de camiones y helicópteros se han vivido estos días, pero este  fin de semana de pronto llegaron más elementos, notándose en el incremento de vehículos, lo relevante aquí fue la manera en que se colocaron y es que cercaron en aproximado tres cuadras a la redonda, el escenario hacia figurar una locación de Hollywood de una cinta de guerra. Los marinos empezaron a acuartelarse, preparándose para lo peor.

Mientras tanto civiles como yo, en la incertidumbre de no saber qué pasaría. En lo que a mí respecta el miedo poco a poco invadió mi cuerpo, mi cabeza no encontraba explicación ante lo que veía, luces iluminaban la oscuridad o más bien el trayecto de cada automóvil o peatón que transitaba por los lugares colindantes.

Esas noches eran de total incertidumbre, y terror total, era no saber si al cerrar los ojos podrían abrirlos al siguiente día, debido a no saber qué cosa podría pasar durante la noche. Era un susto intermitente, que aparecía cada vez que las luces iluminaban nuestra casa, la huída de algunos vecinos aumento el miedo, la angustia y los cuestionamientos.

Cada que un helicóptero sobrevolaba nuestro hogar venían preguntas como esta a nuestra cabeza, ¿Debíamos marcharnos? ¿Aguardar un aviso? ¿Qué pasaba?  ¿Qué haremos? Y con cada interrogante era anticiparnos para lo peor, era saber que nuestras vidas estaban en riesgo, tan indefensas sin nada en nuestras manos, con todo para perder.

La experiencia me hizo sentir una parte del dolor y de la angustia que alguien siente cuando está en medio de una guerra y aunque afortunadamente no ha pasado de un susto hasta hoy en día, puedes claramente apreciar que en un par de segundos te puedes convertir en una víctima, en una víctima clara de las circunstancias, en donde tu existencia se pone a prueba y la alerta de tu cuerpo las 24 horas activa.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ser pendejo. “Porque para ser un gran pendejo no se necesita ser sabio.”




Todos hemos oído hablar de ellos, cualquiera puede serlo, en lo absoluto es complicado, realmente es muy fácil. Ser pendejo es tan sencillo que seguramente tenemos amigos, familiares, conocidos, compañeros de trabajo, etc. Ser un pendejo no requiere de conocimientos previos, pero sí de mucha práctica. Pendejo es sinónimo también de  ser oportuno, pues se debe estar en el lugar y la hora adecuada para aparecer. Del pendejo derivan las pendejadas, aquellas que son tan graciosas, estúpidas, molestas y que solo le pueden ocurrir a un verdadero pendejo. Otro rasgo importante entre un pendejo y otro, es su grado de pendejez.
Los pendejos existen en abundancia y en diversas formas, por ejemplo esta el pendejo mediocre, el pendejo con complejo de superioridad, el pendejo idiota, el pendejo cínico, el pendejo abusón, el pendejo irónico, el pendejo mamón, el pendejo soberbio y la especie pura del pendejo-pendejo.

Cada una de estas clasificaciones tiene su por qué, es decir, el pendejo mediocre es quien vale menos que caca, es aquel que sabiendo que es un pendejo no hace nada, pues considera que esta en lo correcto, le gusta seguir en su estatus de confort. Luego tenemos al pendejo con complejo de superioridad, es el tipo de persona que se cree la última coca de un pinche partido de futbol en las vegas con un putazo de calor, cree que es lo máximo, aunque sabemos por su condición de pendejo que no lo es, además se da su paquetazo, se hace el irresistible y quiere que le rueguen. Esta el pendejo idiota que no es más que una personita que no hace nada bien, ni siquiera él está bien hecho, todo le sale mal,  pero sus pendejadas no son de gran magnitud y no trata de remediarlas, ni evitar que le sucedan en un futuro. El pendejo cínico es quien disfruta de su pendejez y te la restriega en la cara, es la clase de persona que sabe que es un pendejo pero eso no le causa mayor conflicto en su vida. También están los pendejos abusones son aquellos no muy listos que creen que si lo son y tratan de sacarte cosas y aprovecharse de ti como si no te dieras cuenta de ello, no les basta con exprimirte una vez, siempre quieren más. El clásico es el pendejo irónico que es aquel que aprovechándose de su condición y conociendo muy bien lo que significa serlo te quiere ver la cara de pendejo. De igual forma  tenemos al pendejo mamón que no bastándole con hacer tanta pendejada, encima le gusta hacerse el graciosito. Todavía tenemos al pendejo soberbio es quien no reconoce la pendejez que lo rodea, se aferra en cambio en afirmar que es un erudito. Finalmente tenemos al pendejo-pendejo que no es más que una víctima de su propia condición, es de genética, es algo nato y por más que intente disminuir la magnitud de sus pendejadas siempre serán enormes y no podrá evitarlas por más que lo intente.

La recomendación para usted, es que si llega a estar frente a un pendejo, es que corra, porque puede ser contagioso si no se sabe sobrellevar el nivel de pendejez del pendejo en cuestión, si por alguna extraña razón deber permanecer al lado de un pendejo incluso hasta conversar, solo sígale la corriente, no entre en muchos detalles y mucho menos quiera hacerle evidente que es un pendejo, de entrada sabemos el desgaste sin resultados que ocurrirá.
Aléjese de ellos mientras pueda. ¡Ah, que pendejo!

Comentarios.



¡Qué increíble lo que está pasando en nuestra ciudad mejor que una película!
Más de una semana lleva la infantería marina en nuestra ciudad realizando operativos contra el crimen organizado, mientras tanto continúan los asaltos en la ciudad y nuestro pan de cada día con las falsas alarmas de bomba.

Poca es la información que se ha difundido de manera oficial a la ciudadanía respecto a las operativos que se realizan en Piedras Negras, en donde ya son diez los días que la infantería de la marina permanece en el punto en donde se unen las calles de Anáhuac, Puebla y 16 de septiembre. La llegada de la marina causó gran expectación entre, principalmente los colonos de Mundo Nuevo, Lázaro Cárdenas, Las Fuentes y el Centro,  posteriormente el resto la ciudad. Muchas fueron las especulaciones que comenzaron a hacerse, pero al final de cuentas por más que ésta se acercará a la realidad seguía siendo información extraoficial, hace pocos días se emitió un comunicado en el cual se despejan algunas dudas y ciertos rumores se convierten en realidad, lo cierto es que los días han pasado y nueva información no se ha generado. Las calles continúan bloqueadas y los marinos al lado del helicóptero siguen de atractivo turístico para la comunidad.

También ha sido nula la información que se ha divulgado respecto a los culpables por los robos que se han presentado en la localidad, continúa el o los asaltantes retando a la policía preventiva municipal, pasando “por el arco del triunfo” los mencionados operativos y recomendaciones que se emiten a los comercios y la ciudadanía en general.
En mi humilde opinión, debemos abrir nuevas posibilidades para acabar con esto, trabajando todos, desde casa ya que somos muchos y muy pocos policías. Abrir los ojos, primero porque en la calle, en la cuadra o incluso en nuestra casa donde habitamos está el ladrón o viven ya los futuros ladrones de la ciudad, vamos a colaborar, tomemos conciencia. Segundo, ¿Por qué la gente roba? ¿A qué se debe: a un factor económico, social o psicológico?  ¿Cómo podemos solucionarlo? ¿Qué hace? ¿Quién debe actuar en este caso? Tercero, ya se robo, ¿Ahora que sigue? ¿Y los ladrones? ¿Las sanciones cuáles fueron? Si no atrapamos a los responsables y no aplicamos castigos más duros, que lección les damos a los demás delincuentes. Yo digo.
Para finalizar cada mes ves vemos un mayor número de menores de edad saliendo en los medios por cometer algún delito, más recientemente tenemos el caso de un jovencito que efectuó una llamada de una falsa amenaza de bomba, destaca este hecho porque a diferencia de otras, esta vez sí lograron dar con quien la realizo, lo malo es que aseguraron que el menor sería dado de baja, premisa que más tarde se desmintió, lo cual ocurrió por fortuna de ser así, hubiera sido cerrarle la puerta de la educación  al chico, pues de lo que se trata aquí es de seguir formando jóvenes y no  empujarlos a la delincuencia, pero nuevamente se trata de un trabajo conjunto, padres, alumnos y profesores.
La trama en nuestra ciudad es mejor que la de una película y no necesitamos ir al cine o esperar la función,  basta salir a la calle para vivir el drama y admitamos también la comedia.



martes, 9 de noviembre de 2010

Diálogos con Dubi. (Primera parte)

-Hoy estoy muy contento, mira la verdad no sé si hemos tomado los caminos correctos para estar hasta donde estamos. Lo que sé, es que de alguna u otra  manera yo quería que estuvieras en mi vida. No importa,  qué papel deberías de jugar, pero si sé que quería que estuvieras en ella.
-Estoy convencida de que yo también quería que estuvieras en mi vida. No sé en qué forma te quedaras, pero no quería que desaparecieras de ella.
-Es chistoso. Mira la situación en la que estamos ahora. Estamos  aquí sentados, interesados cada uno en la vida del otro, involucrándonos sin querer, estando presentes en esos momentos importantes aunque no seamos los coprotagonistas de estas cosas que nos suceden. ¿Qué dices?
-Es  de locura. Todo el tiempo que estuve contigo me imaginaba un futuro distinto al de hoy, te veía ahí en cada escena importante de mi vida, en la boda, en los hijos, en los proyectos exitosos, en los viajes, qué te puedo decir, miles de veces me veía a tu lado ,disfrutando de todo eso hermoso que nos pasaba.
-Lo has estado, bueno no estuve en tu boda ya que era algo que no  nos incumbía, pero en todo lo demás creo que he estado ahí y tú has estado ahí.
-Sí, lo más curioso es que ahora que recuerdo mis pensamientos, no sé si realmente eras tú quien estaba a mi lado acompañándome, sin duda te veía en mis pensamientos, pero no sé si al lado mío.
-Supongo que no, de haber sido, lo estaría. En cierta forma yo imaginaba algo similar. Te imaginaba en mi vida sin duda. No sé cómo vaya a sonar esto, pero te amo. Te amo, sin duda a la que llama la gente de relación, de pareja, pues no. Más bien lo describiría como ese amor de convivencia, de necesidad, de unión… ¡ah! la verdad es que no sé cómo definirlo, espero me logres entender y tampoco quiero que veas esto como una declaración de amor, porque está claro que no lo es. Créeme, no lo haría así.
-Aunque lo dudes si te entiendo, porque yo también te amo, es de este amor raro que puedes sentir por alguien, que no es adecuado, mucho menos correcto si llegáramos a externarlo, pero es que sabes, amarte como lo hago ahora, ya no es ese amor pasional u obsesivo que pude sentir por ti, es más bien ese que sentirías por un hermano sin que lo fueras y sin que yo quisiera que lo fueras, porque entonces lo convertiría en algo más tierno, pero tampoco es el amor que se le da a un amigo por que va más allá, no eres solo un amigo, yo no te veo así, pero tampoco te veo como un posible sustituto de padre de mi hijos (ríe).
-Sí, creo que captaste lo que intentaba decirte, es así como me siento, mujercita. Te amo, gracias por no apartarte de mi vida. Puede que no lo creas pero cambiaste muchas cosas en mi, más de las que hubiera querido. Eso me ha ayudado en mi matrimonio, realmente no sé cómo pudiste soportarme, soy tan malditamente honesto, cínico a más no poder y mi ironía no se diga. Tú que siempre has sido tan dulce y aunque sé que no eres tolerante, conmigo lo fuiste ¿Por qué?
-Te lo dije en su momento y te lo digo ahora. Te amo, es la razón suficiente, me encantas siempre lo harás, hoy estoy conociendo tu lado más sensible. Esa mujer ha hecho milagros, creo que la amas, creo que ella es la mujer.
-Es la mujer, por supuesto que lo es. Tu le avanzaste el trayecto y luego pues sacaron esto de mi, que se reusaba a salir. ¿Cómo has cambiado a tu esposo?
-No lo he cambiado, nunca cambiaría a nadie.
-Conmigo lo hiciste.
-No lo  hice.
-Lo iniciaste.
-Te repito ni tú mujer ni yo te cambiamos, solo dimos vuelta a la página, cambiamos el lado de la moneda, pasamos de una cara a otra del dado. Sigues siendo tú, eso que eres ahora, siempre lo has sido, solo que no te dabas cuenta cuántas personas viven dentro de ti. Cambiar a alguien es pedirle que sea noble cuando en su corazón nunca ha existido tal virtud.
-Me convences.
-No quiero hacerlo. Solo manifiesto mi pensamiento.
-Entonces mujercita ¿tu vida hasta ahora se ha conducido como querías?
-Lo ha hecho, digo yo hubiera seguido otro camino, la vida me llevo por este, pero sin duda era donde yo quería llegar, mi familia y mi trabajo son sensacionales.
 ¿La tuya? Realmente nunca pensé que lo harías, creí que no te era indispensable, que eso no era parte de ti.
-Te refieres a qué me casara.
-A eso mismo.
-Nunca había sido mi idea, hasta que cierta mujercita, me lo dijera una vez, la verdad para mí eso no era necesario, pero luego lo fue.
-Bueno, al menos alguien te atrapo.
-¿Te hubiera gustado atraparme?
-Ya hablamos los dos de eso, creo que nos quedo clarísimo lo que sentimos o lo que pudimos llegar a sentir. Pero también es cierto que viví más de un año contigo y nunca lo pensaste.
-Pues déjame decirte que pudiste haber sido tú.
-¿De qué hablas?
-De que después de que dijeras: sí a Venezuela, el siguiente paso era pedirte matrimonio, no me preguntes cuándo ni cómo, no lo tenía muy claro, no sabía cómo hacerlo, pero sabía que quería hacerlo, pero igual no me había hecho muchas ilusiones, te veía a ti diciendo no a Venezuela y supuse que era mejor distanciarnos.
-¿Distanciarnos? por no ir a Venezuela
-No volvamos a lo mismo, hemos avanzado bastante y esos puntos ya quedaron claros. Pero si fuiste tú con la primera que pensé en matrimonio.
-Ahora debo decirte que me siento tranquila, creí que no había sido especial para ti.
-¡Que tonta eres! ¿Cómo no ibas a ser especial en mi vida? Es lo más ridículo que haya oído. En qué mundo vives, qué lenguaje hablas, no te ha bastado lo que hemos hablado, dejarte también significo que fuiste especial, que lo eres, dejarte hacer tu vida como debe ser es amarte, sinónimo de lo especial que eres en mi vida.


Desilusión.

Al verle comprendió  que  nada podría pasar ahí. Se detuvo y contempló. Reaccionó y supo que en verdad nada se podía hacer. Por un momento consideró la posibilidad no de amarle, pero sí de considerarle, pero al verle de frente le vino esta sensación de completa humillación que ya le hubiera pasado anteriormente. Pudo verse en automático frente al espejo, vió a alguien en completa soledad, con una gran tristeza a las espaldas, de vacío en el corazón, trato de disimular, de reír, pero no lo consiguió. No podía mentir ni podían mentirle. Aquella acción le desilusionó. No podía hacer más nada. Quiso manifestar su sentir, pero nadie atendió. Bajó la mirada mientras analizaba la situación pero nada había cambiado ahí, es más, conforme avanzaba, todo estaba peor. Ya no se podía pensar con claridad, la estupidez rodeaba todo el rededor, todo se opacó y se acabo.

Camino de concurso.

Había olvidado cómo era su rostro, lo perfecto que le pareció la primera vez que lo vio.
Hoy, se detuvo por un momento a mirarla, se apenó, recapacitó y volvió a hacerlo.
Agachó la mirada para que no notaran que la veían. Esos segundos le hicieron recordar, que era lo que estaba esperando, que esa sensación no había cambiado, estaba pasiva pero hoy despertó. Era justo lo que esperaba de la vida, sin un cabello demás y, aunque nunca habían cruzado palabra alguna, no era necesario, no había por qué comprobar la corazonada, pues ésta se encontraba muy segura. No cabía duda, era lo que necesitaba, lo que deseaba, lo que podía querer. Ahora solo faltaba que ocurriera algo, no más en la mente.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Eres más allá de mis palabras. (Capítulo II. Parte IV.)

-Necesito hablar contigo hijo
-Dime padre
-Creo que esa muchachita con la que estas saliendo, no recuerdo como dijiste que se llamaba…
-Se llama Camila, Camila
-Si ella. Justo anoche me encontraba pensando acerca de tu relación y me di cuenta que esa chica no te va a traer nada bueno, no te  ayudara a mejorar tu futuro.
-No entiendo.- Manuel se encontraba confundido no entendía la actitud de su padre y sobre todo a qué venía aquella conversación que  acababa de empezar.
-Es muy simple, no necesitas analizar tanto lo que te acabo de decir- El padre de Manuel lo observaba, intentado que éste leyera en sus ojos la respuesta- ¿Me entiendes?
-No en realidad, se más claro. Sincerate padre.
-Creo que te conviene otro tipo de chicas, no se quizá más… tú sabes,  así como Milli.
-¿Cómo?
-Lindas, con una personalidad sobresaliente, con más…
- ¿Cabeza? Pues deja decirte que me describes a Camila y no a Milli, pero te falto decir que además de esas superficialidades, ella tiene un muy buen corazón, ella es noble, es muy creativa, inteligente, es leal a sus ideas, es una chica que no sigue a las masas sino que se guía por sus verdades.
-Sí, eso que dices suena bien, pero no destaca por su belleza, y esa es la primera impresión que le das a las personas.
-Te equivocas padre no se cual sea tu concepto de belleza, pero debo decirte que ella es muy bella de todas las maneras que te puedas imaginar ¿Qué no la ves? ¿No ves su belleza? ¿No te sirvió todo lo que te dije de ella? ¿No te da una idea? Eso poco que dije de ella, se queda corto, ella es más, no existe un punto de comparación entre Milli y Camila. Camila va más allá de lo que unas cuantas palabras puedan significar, va más allá del estereotipo de chicas, ésas por quienes todos mueren ¿Por qué no voltean a su alrededor? ¿Por qué no se dan cuenta? ¿Por qué ven lo que los demás ven y no lo que ustedes quieren ver? ¿Por qué actúan como los demás?
-Hijo, debes entenderme solo quiero lo mejor para ti
-Tengo lo mejor para mi, lo que tu intentas es que yo tenga lo que es mejor para ti.
-¿estás seguro que eso quieres?
-Sí, eso quiero. La quiero a ella, por eso estoy con ella, papá. Camila es todo para mí.

Manuel regresó de su recuerdo.  No se dio cuenta, pero Sarah lo observaba y decidió guiarlo hasta el escenario.

Cada día que Manuel pasaba en aquella extraña ciudad que poco a poco lo absorbía para convertirse en parte de ella, sentía un vació dentro de sí, constantemente miraba al pasado añorando lo que no tenia, pero cada recuerdo era como una puñalada entrando lentamente a su cuerpo y destrozándolo. A cada momento la vida le daba señales, le daba momentos maravillosos para disfrutar, pero Manuel parecía no darse cuenta, él se encontraba constantemente en el pasado, y había olvidado que su presente era lo que realmente tenía y lo que debía disfrutar, pero sobre todo vivir.
 Manuel tomó su guitarra se sentó en un pequeño banco que estaba  justo en medio del escenario, acercó el micrófono y comenzó a tocar su canción preferida, había decido abrir el concierto con aquella canción que había compuesto especialmente para Camila.

Por fin Manuel se encontraba tocando en importantes lugares como siempre había soñado y aquel auditorio era uno de ellos. Nunca hubiera logrado eso de no ser por Sarah que lo impulso a arriesgarse a grandes cosas y a apostar por otras que no se les veía mucho futuro.
Cuando acabo el concierto, Manuel busco inmediatamente a Sarah.
-No puedo creer la gran aceptación y todo esto ocurrió gracias a  ti.
-No es cierto, yo solo soy tu representante, el talento lo tienen tu y tus amigos, no yo.
-Sarah sin ti no hubiéramos logrado este contrato. Tú luchaste por él, hasta que lograste ganarlo.
-Manuel, es un trabajo en equipo.
-Muchas gracias, no tengo como pagártelo
-Con un te amo es suficiente- dijo Sarah
Pero  Manuel no podía pronunciar aquellas dos palabras, pues solamente estaban destinadas a la única persona que le provocaba sentir eso y esa era Camila.  Ella hacía que su alma estuviera calma, cómoda y en paz consigo mismo, ella le provocaba un sin fin de emociones dentro de sí, que únicamente  podía ser descrito, cuando pensaba en ella, cuando hablaba de ella, cuando esta junto a ella, era amor. A su lado la vida era más clara, era menos compleja, más positiva, mas real, al lado de ella vivía y no solo sobrevivía, como lo hacía ahora que se encontraba lejos. Lo único que deseaba Manuel era regresar y reencontrarse con Camila, deseaba volver a ver su rostro, contemplar sus ojos, escuchar su risa, atender a su voz.

-Manuel, me siento también a tu lado. No sé si estés bien que te lo diga, pero contigo mi vida es más bella, el hecho de que tú estés aquí me hace saber a mi porque estoy aquí. Desde que estoy contigo mis miedos desaparecieron, sonrío a todo y a todos, veo el mundo de un modo diferente, bueno incluso a veces ni lo veo porque estando a tu lado todo desaparece y solo quedamos tu y yo, estando junto a ti, simplemente estoy bien y no me hace falta nada más. Te amo, pero no solo eso, eres mi luz, eres lo mejor con lo que me pude  haber topado, eres el más dulce regalo que haya recibido. Te amo  de verdad.
-Camila, yo no solo te amo demasiado, significas mas allá de esas palabras, eres más que eso. Tu sacas todo lo bueno de mi y un poco más.
Quiero que sepas que todo el tiempo pienso en ti, al despertar lo primero que viene a mi mente es tu rostro y al dormir en lo único que pienso es en ti. Estas dentro de mí, aquí- y Manuel señaló su corazón.- un día sin verte a ti es como vivir estando muerto. Ojala pudiera explicarte con palabras todo lo que provocas dentro de mi, ojala las palabras bastaran para que tu comprendas todo lo que significas para mi.

Volvió a la realidad. Manuel se acercó y besó la frente de Sarah. Con ese beso ella entendió que de la boca de Manuel jamás saldrían las dos palabras más bellas que hubiera querido escuchar pronunciarle.
La pareja salió del auditorio y se dirigió al apartamento de Sarah a una pequeña recepción que ella había preparado para cuando terminara el concierto, en aquel lugar se encontraban solo los amigos más cercanos al grupo. Manuel se encontraba tan cansado que escogió el lugar más cómodo y se sentó, ya había decidido solo observar y disfrutar. La noche transcurría tranquila cuando Manuel creyó ver a Camila en la fiesta, estaba rodeada de muchos chicos, pero por más que cerraba sus ojos para enfocar a aquella mujer, no lograba divisar nada estaba tan oscuro que no le permitía asegurarse que realmente era ella. Pero la ansiedad comenzó a recorrerle todo el cuerpo, >> si era ella correría, y ¿qué le diría?, ya se imaginaba su voz, después de tantas noches, al fin podría escuchar su dulce voz<< intento levantarse pero su cuerpo estaba tan nervioso y su alegría de verla comenzó a arruinarse pues <<¿Cómo sabría que Camila quisiera hablar con él después de que la dejo así sin mas? ¿Y si Camila lo despreciaba? ¿Y si tenía una nueva pareja?
¿Él que haría? No podría reclamarle, después de todo él tenía también una relación, entonces ¿Con qué cara la vería? ¿Cómo podría lastimar  a Sarah después de lo buena que se había portado? Pero lo mas importante era saber si aun existía amor de Camila hacia a él>>Manuel toco su rostro y comenzó a morderse la uñas, ahora no sabia qué debía hacer, su mundo se detuvo por un momento y luego reaccionó, pues la chica se aproximaba a él.
-¿Manuel?
Manuel abrió muy bien los ojos y enseguida se dio cuenta que esa voz no correspondía al amor de su vida, pero ¿Cómo sabía su nombre aquella chica?
-¿Manuel? ¿Eres tú?-insistió de nuevo la chica
-Si soy yo, ¿Te conozco?
-Creo que casi de toda la vida
-Perdón, pero es que la ausencia de luz no ayuda mucho
-Soy Priss, hermana de “Jazz” y Camila
-¡Priss! Es increíble estas muy cambiada
-Lo mismo digo de ti
-¿Y qué haces en esta ciudad? ¿No deberías estar lejos de aquí?
-Lo que es el destino, estas en esta ciudad… si Camila supiera
-¡No! por favor, ella no debe saber.
-¿Qué te pasa? ¿Crees que después de que la dejaste, yo le voy a decir dónde estás?
-¿Cómo esta ella?
-Creo que eso no debe interesarte
-Priss, ella es todo para mi
-Manuel ¿te sientes bien? No quieres que ella sepa nada de ti, te  alejas y luego preguntas por ella, no se te hace algo absurdo
-Si lograras entenderme
-A ver intenta explicarme.

Despedida.

Porque a veces no tenemos la oportunidad de despedirnos.
Han ocurrido un sin fin de ocasiones en que llegamos al final de algo, muchas veces sin saber que será el final.  Y ese momento último quizá no lo aprovechamos lo suficiente como hubiéramos querido, o no lo recordamos con tanto detalle como quisiéramos. Un adiós puede marcar el final de algo, pero casi todo el tiempo, no sabemos si ese adiós, será el último adiós o si habrá otros adioses. Un abrazo, un beso, también son señales del final de algo.
¿Cómo saber que algo acaba? ¿Cómo saber que será el final del final? ¿Qué lo indica?

Dentro de nuestros corazones, creo que lo sabemos. Al recodar la escena final de un episodio de nuestra vida, nos damos cuenta que era el final, que todos los elementos estaban ahí para decirnos que era momento de terminar con esa etapa de nuestras vidas.

Si supiéramos que ese instante será el final, ¿cómo actuaríamos? ¿realmente aprovecharíamos el saber que ha llegado el final de algo?

La escena última de ese momento, cuando pasa a formar parte del pasado no se olvida, se queda en la mente, en donde cada que echamos un vistazo atrás aparece, no tan nítido, no tan exacto como quisiéramos, porque no le dimos la importancia necesaria, creyendo que habría más momentos. 

Diálogos con Dubi. (Parte Final)

-Ya entendí lo amo pero a veces hay cosas que no pueden suceder… bueno, no a veces, todo el tiempo hay cosas que no pueden ser. Están por montones en nuestra vida esas circunstancias.
-¿Entonces? ¿Lo seguirás? ¿Cambiaras tu situación?
-No, no puedo. Perdón, no quiero. Es verdad que lo amo, pero cada uno debe seguir su propio camino, aunque no tenga la misma trayectoria, ni el  mismo destino. Pensaba en rogarle, en darle un millón de razones, pero al final me di cuenta que él no se quedará y que yo no lo seguiré, no porque no lo ame, no porque él no me ame. Solo es que, las cosas son.
-Pero tienes la decisión en tus manos, puedes ir tras él, seguirlo, sacrificarte.
-No.
-¿¡Por qué no!?
-Porque debo seguir mis sueños, él debe seguir sus sueños.
-¿No te duele su separación?
-Me duele. Me duele mucho. Pero una de tantas cosas que aprendí a su lado fue justamente este momento, de hecho creo que, me preparó para este momento.
-Estas muy tranquila
-Sí. ¿No debería estarlo?
-No lo sé, pero si hoy perdiera  a la persona que amo. Sin duda, estaría haciendo algo, y tú estás aquí trabajando, siguiendo tu rutina normal. Estás enferma, tenías un buen pretexto para quedarte en cama.
- Las cosas no van a cambiar porque me quede en cama, ni esta enfermedad se me quitará.
-No te entiendo. Todo es tan normal para ti. Quisiera actuar como tú, haber tenido ese valor hace años.
-Yo también hubiera querido tener este valor hace años, pero bueno he aprendido cosas, he cambiado cosas.
-¿Entonces no le rogarás? ¿Es orgullo acaso?
-Esta mañana al salir de casa, lloré, lloré mucho, porque sería la última vez que le vería, pero aproveche su rostro, cada milímetro de él, porque al menos tuve la dicha de saber que sería la última vez que lo vería. Han ocurrido muchas ocasiones en que no he tenido esa oportunidad, en que no sé qué ese momento será el último. Hoy supe que sería y no lo desaproveche suplicando, porque el final era inevitable, lo aproveche mirando. Cuando llegue aquí, tenía mucho miedo de topármelo y qué él me volteará la cara o me ignorará, pero ni siquiera lo vi.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Beso de burbujas.

Despierta con un gran impulso dentro de sí. Sabe que hoy es el día en que inicia todo de nuevo, sabe que es el comienzo de algo sensacional, sonríe porque sabe que todo lo puede lograr, porque sabe que de todo es capaz. Sabe que llegará muy lejos, tan lejos… y que los sueños hasta ayer, hoy podrán ser una realidad. Su corazón y espíritu, lo saben. Recuerda.

Dos años atrás emprendió la aventura, era un día normal de otoño, tan parecido al de hoy. Su vida hasta entonces no era parecida ni un poquito a lo que ahora es.
Parecía con deseos de aprender, en aquella banca en la que se situaba, entendía con claridad todo lo que se le decía en aquel lugar, hasta que de pronto el aburrimiento que llevaba con si, se marchó, pues sobre aquella plataforma se posicionó la persona, que rápidamente destacó entre los demás por su forma de hablar, de caminar, de transmitir lo sabido. Pero el resto de mundo no opinaba igual, no observaba de la misma forma, por lo que pronto inició la discusión. La persona salió victoriosa al final de los minutos.

Con mucha timidez se aproxima a la persona luego de haber esperado unos minutos, luego de que la decidida se marchará y el ego se apartará. Miró fijamente a la persona, la apreció, la contempló, hasta aquel punto en que pudo darse cuenta la calidad que estaba parada frente a sus ojos. La persona sonrió. Habló.

Sus ojos se encontraban aún mirando fijamente, se aproximó.  La persona abrazó y otorgó un cálido beso de burbujas, que brotaban a montones, fueron 5 segundos de magia. Luego todo acabo con una sonrisa y un adiós.

El destino o tal vez una decisión permitió comunicación entre los personajes del encuentro. Meses después se suspendió hasta un año más tarde en que fue posible un encuentro casual.

El nervio recorría todo el cuerpo, la mente no podía pensar con claridad, era momento de correr o de esperar, quién puede saber. Tenían que verse, se debían un beso de esos que salvan la vida. Sería la segunda vez que sus miradas se cruzarían, no debían decepcionarse, de lo contrario sería una tragedia nacional. Antes había ocurrido una admiración total, pero la persona creía que no todo el mundo debía tener una pareja, aun no lo había decidió pero pensaba así.

El encuentro fue burbujeante como aquel beso que no se olvida y nunca podrá borrarse. La aventura de ese día  fue sensacional, cada cosa vivida merece ser recordada, nunca olvidada.

Después de eso, todo acabaría. Como ocurre con cualquier cosa en la vida, tarde o temprano se termina. Aún no hemos encontrado el punto en que todo sea para siempre, en que se infinito, que sea burbujeante y mágico.


jueves, 28 de octubre de 2010

Señor Silencio.

Dijiste que las cosas tristes, también tienen algo de bello. Yo te digo que el silencio, tiene algo de especial también, como tú.
Hoy es un día para recordarte, para no olvidarte, para citarte...

Si estuvieras aquí, seguramente ni podrías verme en este estado, te marcharías y regresarías cuando todo hubiera pasado.
Si me enojara, solo me verías y dirías que no es momento de eso.
Si osara comportarme como una tonta, reirías irónicamente, harías una mueca, guardarías silencio nuevamente y si insito me mostrarías tu molestia.
Si me mostrará cariñosa, asintirías con la cabeza que sientes lo mismo, pero que nunca lo demostrarías como yo....

Siempre fuiste tan sincero, tan certero, tan cerrado, siempre fuiste tan tú, guardando silencio, siempre en tu eterno callar, Señor Silencio.

lunes, 18 de octubre de 2010

Corazón de pera.

Hablar de amor para muchos representa el motor de nuestras vidas, aquello que bombea vida o que sin él no podríamos vivir. Lo que convierte al amor en algo fuerte, en algo valioso, en algo indispensable para vivir.
Pero si en vez de amor, a estas frases les pongo el sustantivo corazón, ¿no funcionan igual? El corazón es el motor de nuestras vidas, es aquello que bombea vida y sin él no podríamos vivir.
Aplica igual, lo que convierte, de igual manera al corazón en algo fuerte, valioso, indispensable para nuestras vidas.
Cuánta relación y aplicabilidad existe para ambas palabras, por este sencillo ejercicio podemos suponer que mucha y  tal vez sea por eso que hasta nuestros días mantengan una fuerte conexión, sobre todo si nos referirnos a términos poéticos.
Ya que  le adjudicamos al corazón, este sentimiento que es el amor, pues cuántas veces no hemos escuchado, sin tú amor, mi corazón está roto, con tu desamor has quebrado mi corazón, por culpa de ese amor mi corazón está hecho pedazos.
Lo cierto es que éstas son ideas  absurdas, porque no puedes romper el corazón de una persona y que este siga viviendo para contarte, mucho menos hacer pedazos un corazón y que siga bombeando la sangre necesaria para articular palabra, pero también un sin fin de veces he escuchado que el amor, yace en el corazón, lo que podría volverlo creíble, a excepción de la pregunta ¿cómo es que un sentimiento, puede habitar en un órgano en forma de pera?, lo que me lleva a más que responder esa pregunta, formularme otra  ¿entonces, el amor tendrá forma de pera? Y es que si están tan relacionados como hemos visto probablemente sí y digo probable porque, sé como es el corazón, sé que bombea el líquido que nos mantiene vivos: la sangre, además de que late a un promedio de 70 veces por minuto en estado de reposo y que mide 12,5 centímetros de longitud y pesa aproximadamente 450 gramos. Pero ahora que recapacito, nunca había pensado cómo es el amor, nunca he visto un libro que me diga, así es el amor, mide y pesa esto.
Por lo que me resulta gracioso pensar que el amor podría parecer una pera, que ese sentimiento que todos sienten, que expresan, del cual tanto hablan y presumen, al cual le adjudican tantas cosas bellas pueda tener esa forma pero si la ligan tan a menudo con el corazón tal vez sea posible.

En realidad no sabremos a ciencia cierta si el amor y el corazón esta unidos, no hay manera de comprobarlo, al menos yo no lo haré, tampoco habrá manera de mostrarte si el amor parece una pera, lo único indiscutible y comprobable es que el corazón, de pera si tiene forma.

Amar la vida.

Una vez escuche, ¿para qué vivir?

Muchos responderán ante este cuestionamiento, ¿cómo que para qué vivir? Pues es lógico. Y es por eso que de nuevo pregunto ¿Para qué vivir? Se  supone que todo ser humano tiene un motivo para vivir, lo importante es identificar ese motivo.
Si tú ya tienes ese motivo, felicidades, estás en un excelente camino para amar la vida. ¿Cómo es amar la vida? Cada persona la amará de manera diferente, sin embargo habrá similitudes, pues al final de cuentas se hará la misma acción, amar, pero me atrevo a decir, que amar la vida es verla de frente, es voltear a verla, es no darle la espalda, quiero decir es no ignorarla.

Dije que amar la vida es verla de frente. La pregunta lógica es ¿cómo es ver la vida de frente? Centrando la atención en aquello que vale la pena, estar en el presente, aprovechar lo que tienes, sacar de tu vida lo que no te hace bien, es ser feliz, cosas como éstas, siento que es ver la vida de frente. Casi siempre, a la mayoría de las personas nos resulta más fácil voltearle la cara a la vida, preferimos darle importancia a todo aquello que nos daña, nos quedamos anclados en el pasado con cosas, personas, momentos, estamos más atentos a todo aquello que no tenemos, a lo que pudimos haber sido, hasta donde pudimos haber llegado, decidimos enojarnos, amárganos, entristecernos por todo eso y más, incluso por aquello que ni es de nuestra incumbencia, también por ello nos frustramos, nos gusta mucho sufrir y que nos vean que lo hacemos y que tan desdichados somos por eso.

Creerás que amar la vida solo le resulta fácil a aquellas personas que son muy afortunadas o suertudas, o es fácil ver la vida de frente tan solo para aquellos que son muy talentosos o habilidosos en algo, también casi puedo escuchar a cientos de personas decir que amar la vida  es sencilla para aquellos que tienen mucho dinero, o para aquellos que no les hace falta nada, es sencillo para quienes no han perdido un ser querido.
Lo cierto es que amar la vida es igual y tan sencillo para todos. No te digo que al hacerlo es porque nunca has sufrido ni sufrirás, o que nunca estarás enojado o enfadado, o que alguien no te lastimará, todo esto pasará porque eso es parte de vivir, solo es cuestión de aprender a ver la vida ante el dolor, como dijo alguien “el dolor es inevitable, pero el sufrir es opcional”.  Amar la vida es vivir todas estas cosas que no nos gustan, que nos lastiman, pero  amando la vida las viviremos de una manera diferente. Lo importante es voltear a ver la vida, pero hacerlo de verdad, mirarla, observarla de frente, vivirla.

Para muchas personas, el respirar es vivir y tienen razón, pero ¿respiras vida? O solo respiras porque tienes que hacerlo. Estar vivos ya es una gran señal de que algo bueno vendrá. Sin embargo, hay personas que solo sobreviven en su día a día y no viven. Me refiero a que comen porque si no se mueren de hambre, duermen porque si no se mueren de sueño, trabajan porque tienen que hacerlo, estas personas sólo están sobreviviendo otras 24 horas más y está bien, porque tal vez tengan un motivo para sobrevivir, pero no para vivir.
Vivir es eso, sentirlo, disfrutarlo, saborearlo, olerlo, sufrirlo, verlo, tomarlo, gozarlo, llorarlo, desearlo, amarlo.

El hecho de que hoy hayas amanecido y puedas leer esto, ya es una buena razón para amar la vida, para vivirla. Hoy hay gente que no amaneció, o que padece alguna discapacidad y no puede ver esto, al menos esto ya te pone en ventaja con muchas personas, por si pensabas que este día no valía la pena.
La vida es increíble, sólo es cuestión de voltear a verla, pues está en todas partes, en los rayos del sol, en una flor, en la lluvia, en los animalitos a tu alrededor, en cada persona, la vida está en ti.

Ahora, de nuevo te pregunto ¿para qué vivir?

No compres pescado.

Camina en un centro comercial en busca de su padre.  Intenta impedir que éste compre pescado, pero no logra divisarlo. Entre los pasillos interceptan su búsqueda.  Señor virolo: Disculpa, ¿me podrías bajar un consomate?  (Le miran con extrañeza)  –Claro.    Señor virolo: Pero que sea el original, lo que pasa es que yo no veo muy bien. No distingo cuál es el original.   –No puedo bajarlo, está pegado. ¡Ah, mire este! (Le entregan uno olvidado) ¡Oh no! Aquí está éste, ya lo pude zafar.    Señor virolo: Muchas gracias, lo que pasa es que yo no veo muy bien.

domingo, 17 de octubre de 2010

En busca de Breton

Conduciendo por la ciudad... entre las calles Juaréz y Galeana. El semáforo en rojo. Radio full. Te atrapa la mirada un viejito y observas todo su recorrido de la esquina hasta el carro de enfrete. Observas que se detiene y muestra algo a las otras personas. Se entretiene buen tiempo. El volumen del radio desciende. Volteas y prestas atención.Viejito: Usted me compra un conito (los muestra), si usted me compra este conito. Es muy especial, porque si lo prueba una vez, querra otro. (Sonríes) -¿Cuánto cuesta?-. Viejito: Diez pesos. (Sacas los diez pesos de tu bolsillo y se los das).