lunes, 12 de septiembre de 2011

Tú eliges cómo ver y seguir tu vida...




Aunque nunca nos suceda lo que deseamos, siempre nos pasara lo que en realidad nos hace falta y merecemos.
Al principio puede ser doloroso, triste incluso hasta humillante que recibamos una bofetada o escupitajo en vez de lo que esperábamos, no siempre ocurre así, a veces recibimos cosas mejores, casi siempre son cosas mejores que no vemos por estar aferrados, obsesionados, encandilados o encaprichados con “aquello”.

"Creo que buscar, anhelar algo es el germen de la infelicidad. La vida fluye, aferrarse a las cosas tan solo te genera sufrimiento. No puedes detener las olas del mar, así que en lugar de afanarte en intentarlo tan solo déjate mecer suavemente por ellas. Déjalas elegir, tal vez alguna elija quedarse contigo para siempre, y si no es así, sonríe mientras la ves marchar y alégrate del tiempo que pasó a tu lado, ese será tu regalo"  http://mientrasquedeenpie.blogspot.com/

Nos enfocamos tanto en lo deseado, que a veces ya ni es tanta la pasión de tenerlo, sino de lograrlo y demostrarnos que podemos conseguir todo aquello que queremos o nos proponemos, a veces tontamente. La razón de hacerlo es confusa e incierta, podríamos decir que son de esas cosas sin explicaciones aparentes, deben existir, pero la vida es muy corta para perderla encontrándolas. Por alguna circunstancia nos toco ser los seres “pensantes” supuestamente, pero pensamos tanto en aquello que quizá no se debería pensar, por ejemplo la vida, considero que no existe para entenderla o encontrar el hilo negro de ésta, sino que solo esta y ya, no hay más, es mejor vivirla a perderla comprendiéndola, además cómo que para qué? Cuál es el premio?

Debemos aprender a recibir lo que se nos da, no de un modo conformista, serlo es quedarnos con “eso” sabiendo que se vislumbra algo mejor o tal vez diferente que se ajuste a nuestra necesidad, aceptar las cosas que nos da la vida, es cuestión de pronunciar un gracias, aunque no entendamos porque nos da manzanas si rogamos por naranjas aunque fuera un gajo cambiaríamos todas nuestras manzanas por ese gajo. Con el tiempo aprenderemos que el gajo de naranja que queríamos por muy bueno que se viera no era lo que nuestro cuerpo necesitaba pues éramos alérgicos.
Y en lugar de tomar las cosas, nos la pasamos sufriendo y compadeciéndonos de nosotros mismos.

No te ha pasado que tus desdichas o desgracias se repiten una y otra vez, quizá se deba a qué no hemos encontrado el modo correcto de superarlas y volvemos a aferrarnos a las mismas cosas ocurriéndonos los mismos males, al querer guayabas cuando el universo nos quiere dar kiwis.
Cada vez que pasa algo no tan agradable y puedo salir de ello, confirmo que la vida es realmente sencilla pero nos afanamos en complicarla, nos afanamos en sufrir y por más que se nos presente la realidad la ocultamos con nuestra realidad inventada en donde la vida es difícil, aburrida, triste, en donde carece de sentido y todos sin excepción tienen la culpa de lo que nos pasa, menos nosotros.

Tocando el tema de los otros y no de nosotros, ellos no tienen la culpa de no ser o comportarse como nosotros quisiéramos, ni provocan nuestras desgracias en la mayoría de los casos, cada quien es un ser individual, libre para elegir, eso suena tan bien si lo empleamos para nosotros pero tan mal si lo utilizamos para con los demás, pues eso significa que muchas de las cosas que hagan no necesariamente nos agradarán y no necesariamente nos beneficiarán. Lo que me lleva al principio de mi pensamiento, lo que quiero decir es que somos responsables de lo que nos pasa, vamos a sufrir hasta donde nos permitamos, vamos a decepcionarnos hasta donde queramos. No les dejemos a otros nuestra vida, seamos responsables y no dejemos a merced de otros nuestra felicidad cuando el único que la debe manejar somos cada uno de nosotros y tomar la decisión de cómo queremos vivir las cosas que nos pasan en la vida, en vez de lloriquear por que recibimos limones por naranjas, hagamos limonada y no naranjada, igual pasará la sed.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Sobre la pereza y otros vicios...

Después de varios días sin escribir me llegue a sentir como esa frase que dice  más o menos así: La pereza es sentarte a descansar antes de que llegue el cansancio.
Hoy abro el blog  con la siguiente frase de San Agustín (hablando de perezas): "Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida. "
Pasa en la mayoría de la gente que estamos siempre ocupados para hacer aquellos cosas que queremos, necesitamos o debemos realizar (en mi caso el blog), siempre hay o habrá cosas que hacer para no efectuar lo planeado, lo peor de todo es cuando ese otro que hacer es: nada.

Y ese “nada” lo utilizamos como si fuera un motivo, cuando no lo es, lo mas triste de todo es cuando por andar en todo, como bien dice la frase de San Agustín con la que abrí, no nos ocupamos de nosotros mismos y nos dejamos al último hasta para juzgarnos.
Siempre tendremos tiempo para criticar al otro, para corregirlo, para decirle en base a nuestra “experiencia” como debería seguir, en pocas palabras para acabárnoslo, ya sea frente a su presencia o sin ella, al fin y al cabo para devorar carne del prójimo no hace falta estarlo viendo.
Ojalá tuvieramos ese mismo tiempo para en lugar de ver la paja en el ojo del otro, vernos la viga en el nuestro, sería de más provecho y no dañaríamos a nadie porque hay gente que solo habla, pero hay otras que actúan con tal de ver “jodido” al otro.
En un suponer, que todo lo malo o lo que no nos gusta de la gente, lo corrigiéramos en nosotros mismos, por ejemplo, hay a veces que no nos gusta la manera de comer de la otra persona porque mastica muy fuerte, yo que sé, antes de criticarlo o sugerirle que cambie, aprendamos nosotros a comer en forma ordenada sin salirnos del plato. Este es un ejemplo muy pequeño quizá trivial, pero que trasmite perfectamente la idea que quiero emitir. Nuestra vida sería mejor, nos evitaríamos pleitos y nos enriqueceríamos más a nosotros mismos, pero estoy segura que mucha gente se reservaría sus comentarios con tal de no trabajar en los propios (volvemos al tema de la pereza).
Sin embargo, el punto es decir que si existe tiempo para realizar “nada” y ver lo que hacen los demás, por supuesto que habrá tiempo para ejecutar lo postergado en nuestras vidas y que vale mucho más la pena que torturarnos viendo existir al otro. Así que hoy puede ser ese día en que voltees a mirarte y comiences con lo que has dejado en una caja llamada: “Olvido, perezas, aplazamientos  y otras cosas”. Desempólvala y despólvate tú.

viernes, 2 de septiembre de 2011

¿Este es un Hola o un Adiós?

De cuando no queremos esperar y entre mayor sea la espera, mayor debiera ser lo esperado, o ¿no?

Las despedidas y bienvenidas son una constante en nuestra vida, que ya ni siquiera nos damos cuenta que una persona o cualquier cosa entra o sale, ni la gente percibe que hemos entrado o salido de su vida.

Andamos por ahí dando Holas y Adioses, recibiendo Holas y Adioses que nos les damos su valor de existir,  sobretodo a los Holas, sufrimos tanto un Adiós ya sea recibido o entregado, pero nunca nadie percibe los Holas hasta mucho después.

A veces esos Holas son sin previo aviso, otros son premeditados o con un poco de alevosía. Un Hola siempre te alegra el momento, puede ser efímero o duradero, a veces son simples otras veces complejos,  en ocasiones nos gustan otras no tanto,  hay unos regalados, otros robados, ganados, inmerecidos, aburridos, compartidos, suficientes, aceptados,  seguros, perfectos, cruzados o maldichos.

Sin lugar a dudas los Holas y Adioses cambian nuestra vida para bien o para mal, los esperemos o no, bien pueden ser una oportunidad, y existe gente que esta entre constantes despedidas quizá para desprenderse de cosas que no lo dejan avanzar, en caso contrario suele ver personas que se rodean de bienvenidas quizá deban empezar a enriquecerse de los demás.

Lo que si es inminente, es que si hay un Hola, habrá un Adiós. Con un Adiós contiguo vendrá un Hola.