sábado, 6 de noviembre de 2010

Diálogos con Dubi. (Parte Final)

-Ya entendí lo amo pero a veces hay cosas que no pueden suceder… bueno, no a veces, todo el tiempo hay cosas que no pueden ser. Están por montones en nuestra vida esas circunstancias.
-¿Entonces? ¿Lo seguirás? ¿Cambiaras tu situación?
-No, no puedo. Perdón, no quiero. Es verdad que lo amo, pero cada uno debe seguir su propio camino, aunque no tenga la misma trayectoria, ni el  mismo destino. Pensaba en rogarle, en darle un millón de razones, pero al final me di cuenta que él no se quedará y que yo no lo seguiré, no porque no lo ame, no porque él no me ame. Solo es que, las cosas son.
-Pero tienes la decisión en tus manos, puedes ir tras él, seguirlo, sacrificarte.
-No.
-¿¡Por qué no!?
-Porque debo seguir mis sueños, él debe seguir sus sueños.
-¿No te duele su separación?
-Me duele. Me duele mucho. Pero una de tantas cosas que aprendí a su lado fue justamente este momento, de hecho creo que, me preparó para este momento.
-Estas muy tranquila
-Sí. ¿No debería estarlo?
-No lo sé, pero si hoy perdiera  a la persona que amo. Sin duda, estaría haciendo algo, y tú estás aquí trabajando, siguiendo tu rutina normal. Estás enferma, tenías un buen pretexto para quedarte en cama.
- Las cosas no van a cambiar porque me quede en cama, ni esta enfermedad se me quitará.
-No te entiendo. Todo es tan normal para ti. Quisiera actuar como tú, haber tenido ese valor hace años.
-Yo también hubiera querido tener este valor hace años, pero bueno he aprendido cosas, he cambiado cosas.
-¿Entonces no le rogarás? ¿Es orgullo acaso?
-Esta mañana al salir de casa, lloré, lloré mucho, porque sería la última vez que le vería, pero aproveche su rostro, cada milímetro de él, porque al menos tuve la dicha de saber que sería la última vez que lo vería. Han ocurrido muchas ocasiones en que no he tenido esa oportunidad, en que no sé qué ese momento será el último. Hoy supe que sería y no lo desaproveche suplicando, porque el final era inevitable, lo aproveche mirando. Cuando llegue aquí, tenía mucho miedo de topármelo y qué él me volteará la cara o me ignorará, pero ni siquiera lo vi.

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